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¿Por qué hablar de «lesión química» antes que de «quemadura química»?

Aunque en el lenguaje común de numerosos países se utiliza el término « quemadura » tanto para los accidentes térmicos como para los químicos, sería relevante, como lo hacen los germanófonos, adoptar nombres distintos. Por lo tanto, en alemán, «Verätzung» se refiere a una lesión química, y «Verbrennung» se refiere a una lesión térmica.

En efecto, los procesos lesionales y la fisiopatología de los accidentes térmicos y químicos son totalmente distintos. Por lo cual una distinción es necesaria.

Dejaremos el término «quemadura» para la lesión térmica, sin embargo de ahora en adelante hablaremos de «lesión química» en el caso de los accidentes provocados por sustancias irritantes o corrosivas.

« La agresión química cree verdaderas reacciones moleculares »

El amalgamo provocado por la denominación común «quemadura» hizo creer demasiado tiempo que el agua, perfecta para un «cooling» de disipación de calor, era una panacea universal.

Mientras que la agresión térmica corresponde a un simple traspaso de calorías por radiación y conducción, la agresión química cree verdaderas reacciones moleculares. Estas reacciones difieren además según la naturaleza de la sustancia así como su concentración. Las lesiones provocadas por un ácido son diferentes de las que provoca una base o un solvente. En el caso de una quemadura, o sea una lesión térmica, sólo hay proporcionalidad entre la profundidad de la lesión y la temperatura así como el tiempo de exposición. La naturaleza de la sustancia caliente sólo tiene importancia en la conducción térmica (el agua hirviente quema la piel de manera más rápida que el aceite hirviente). El coeficiente de intercambio además define esa velocidad de paso de calorías de un cuerpo caliente hacia uno menos caliente… o más frío…

Si la lesión térmica es principalmente de carácter físico, la lesión química es por esencia realmente química.

Y los cirujanos de los centros de quemados saben cuánto son diferentes los dos tipos de lesiones: la lesión química cicatriza más paulatina y difícilmente. Además, los trasplantes «funcionan» menos sobre una lesión química.

Por último, para terminar con una anécdota, se suele hablar de «quemadura gástrica o esofágica» para las personas que sufren una úlcera de estomago o esofagitis porque la sensación de dolor se parece a la de una llama que les invadiría. Sin embargo, estas mismas personas saben que es inútil beber agua fresca para aliviar el dolor… al contrario, el dolor se amplificaría aún más.
Constituye el perfecto ejemplo de una lesión química debida a la acidez que sólo un tratamiento químico farmacológico puede detener. Por lo tanto, dejemos el agua a las quemaduras y veamos como evitar las lesiones químicas.

Por el Dr Lucien Bodson,
Médico Anestesiología – Urgentista
Jefe de clínica
Plans d’urgences et coordination CBRN
CHU de Lieja, Urgencias-SMUR
Bât. 35 Sart Tilman
4000 Lieja 1, Bélgica

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